lunes, 11 de enero de 2016

Un Dia Como Cualquier Otro

Y así después de esperar tanto un día como cualquier otro decidí triunfar.
Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas.
Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis.
Decidí ver cada noche como un misterio a resolver.
Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.

Aquél día descubrí que mi único rival no eran mas que mis propias debilidades y que en estas está la única y mejor forma de superarme.
Desde aquél día deje de temer a perder y empecé a temer a no ganar.
Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejo de importar quien ganara o perdiera ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, si no jamás dejar de subir.

Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener es escuchar que alguien me llame “Amigo”.
Aprendí a ver en cada amigo a mi mayor rival pero principalmente a ver en cada rival la oportunidad de hacer un nuevo amigo.

Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, el amor es la vida.

Aquél día deje de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz del presente.
Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.

Aquél día decidí cambiar tantas cosas. Aquél día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar ahora simplemente duermo para soñar.

Alejandro Mijares

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